VIAJE ESTIVAL:
Aquella noche te presentaste, te sentaste a mi lado y sentí que
estabas presente en cada uno de mis movimientos. Ya antes habíamos
coincidido, recordabas el día exacto. Yo, aunque no recordara ese día,
sí recordaba la película que vimos en grupo y tanto me gustó: Un filme
lleno de entrega, violencia, amor.
Tenías muchas ganas de verme, de hablarme, de repetir encuentros sin
amigos para conocernos mejor. Pero surgió un viaje inaplazable con cosas
que resolver. Tras él llegó la distancia, la aparente indiferencia ¿Qué
sucedió? ¿En ese trayecto qué cambió? Al cabo de unos días, volviste a
llamarme y me contaste la historia, En esa travesía debías resolver una
relación inconclusa, no la resolviste, o sí, pero a tu manera. Comprendí
que, una vez más, la vida jugaba conmigo. Las Lágrimas de San Lorenzo
fueron el marco perfecto para tu propuesta inaceptable: Ser tu pareja,
ella, “la otra”.
© Yashira 2013